martes, 17 de mayo de 2016

UD 9 Juegos tradicionales

Juegos tradicionales son los juegos infantiles clásicos o tradicionales, que se realizan sin ayuda de juguetes tecnológicamente complejos, sino con el propio cuerpo o con recursos fácilmente disponibles en la naturaleza (arena, piedrecitas, ciertos huesos como las tabas, hojas, flores, ramas, etc) o entre objetos caseros (cuerdas, papeles, tablas, telas, hilos, botones, dedales, instrumentos reciclados procedentes de la cocina o de algún taller, especialmente de la costura). También tienen la consideración de tradicionales los juegos que se realizan con los juguetes más antiguos o simples (muñecos, cometas, peonzas, pelotas, canicas, dados, etc.), especialmente cuando se auto construyen por el niño (caballitos con el palo de una escoba, aviones o barcos de papel, disfraces rudimentarios, herramientas o armas simuladas); e incluso los juegos de mesa (de sociedad o de tablero) anteriores a la revolución informática (tres en raya, parchís, juego de la oca, barquitos etc.) y algunos juegos de cartas.

A CORTAR EL HILO

Era un juego sin temporada fija. Aunque no era muy frecuente, era juego que se hacía a gusto porque en él se apreciaban las habilidades que se tenían para correr y hacer fintas.
     Se jugaba entre muchos. Uno o una "se la quedaba". Para ello había que donar o sortear de las varias maneras que había para ello: pares o nones; los palillos; donar;...
     Una vez que ya estaba designado el que se la quedaba, los demás se ponían en círculo alrededor y a unos tres o cuatro metros. El que se la quedaba elegía a uno/a de los demás, y al grito de "A por Fulano" empezaba a perseguirlo. El Fulano solía ser uno de los que menos corrían A partir de este momento entre el perseguido y el perseguidor se suponía que había un hilo. Los demás intentaban cruzarse entre ambos y si lo conseguía había roto el hilo y él era entonces el perseguido.
      A veces el cruce no se hacía de manera voluntaria, sino que el perseguido te dejaba en medio y no te quedaba otro remedio que correr y devolverle el favor en cuanto pudieras. Cuando eras pillado tú te la quedabas y volvía a comenzar el juego.

A PIES QUIETOS

 No era de los más frecuentes. Pero se pasaba bastante bien con él si no era mucho tiempo.
     No había número determinado de jugadores pera para que funcionara debían ser por lo menos cuatro o cinco. Se donaba y uno, o una, se la quedaba.este se cogía la pelota, que era de goma o de lana, -no valía pelota de forros, de las de jugar a mano-.
     Todos los jugadores se ponían juntos y tocando al que se la quedaba. Este lanzaba la pelota al aire y decía: "Una, dos y tres. Pies quietos" Mientras tanto todos los demás se habían alejado todo lo posible. Porque en el momento en que se oía el "pies quietos" ya no se podía avanzar más.
     Entonces el que se la quedaba intentaba dar con la pelota a uno de los otros. Si este era dado, pasaba a quedarsela él y se volvía a empezar el juego. Si no daba a nadie era él mismo el que vovía a quedársela.

EL TANGO


 Es el juego de la rayuela, tanganillo en Alava.
     Se jugaba en Portales, también en el frontón, pero allí había que dibujar en el suelo con un "pinto", -pedazo de yesón cogido en cualquier parte-. Y algunas veces con clariones o tizas de la escuela. En Portales no. El encementado que había en aquella época se había hecho a tiras como de unos sesenta centímetros y quedaba entre ellas una pequeña grieta que servía perfectamente para las divisiones. Sobre todo en el arco que está más próximo al puente del río. El que se cogían las mayores. Tan sólo había que hacerle una raya en medio y escribir los nombres de los días de la semana. El jueves, que era la tira que quedaba al lado del poyo, no estaba partida.
     Había varios juegos: el más sencillo, por el que empezaban todas, -y todos cuando nos atrevíamos a hacer el ridículo, porque éramos mucho menos hábiles que las chicas- consistía en lanzar la pita a la primera tira por la parte derecha, - al lunes,- y a la pata coja -paticoja- ir pasándola empujando con el pie que se apoyaba en el suelo, al martes, miércoles, jueves, donde se descansaba con los dos pies en el suelo y de allí volver por la parte izquierda pasando por el viernes, sábado y domingo.
     Si el asunto había ido bien se iba a martes; la pita había que lanzarla a la segunda tira y se continuaba del mismo modo. Y así hasta el domingo.
     Si se perdía, bien porque se pisaba la raya, bien porque la pita no caía en el sitio apropiado o quedaba encima de la raya, empezaba otra jugadora, que reanudaba el juego donde lo hubiese dejado antes.      Otro juego consistía en lanzar la pita a la casilla correspondiente y pasar a la ida sin tocar la casilla y recoger la pita al volver.
     Las pitas consistían en piedras lo más lisas posible que se cogían en el río o en el barranco. Pero había otra clase de pitas que daban más envidia; eran cajas de lustre para zapatos que se llenaban de barro para que pesaran. Su forma hacía que fueran las más apreciadas.

LA TABA

   La taba es el hueso "astrágalo" que aparece en las patas de las reses. Tiene cuatro caras que nosotros llamábamos carne, culo, güitos y correas. Güitos y correas son las caras más anchas de la taba y las que más veces aparecen. Más difícil es que la taba quede en carne o culo. Hay una posición muy improbable, pero que si la tierra en la que se tiraba estaba blanda, alguna vez se daba: la llamada "dominé", que consiste en que la taba quede apoyada en sus lados más estrechos.
     En realidad, la taba, sólo servía como ruleta o dado, porque lo que se jugaba era o perras gordas y chicas, a veces algún real y cuando jugaban los mozos pesetas. Pero entre los niños, generalmente, "santos".
     Los "santos" eran las cubiertas de las cajas de cerillas. Había unas que valían uno, que eran las que tenían es escudo en negro y rojo, de las cajas de las cerillas que tenían la cabeza negra y raspador de lija y las que valían dos, que eran las de colores, con cerillas de papel encerado azul y cabeza blanca y con raspador suave. Un "atado" eran veinte santos. Se solían recortar las cubiertas con dibujo y se metían en lugar del cajoncillo que lleva las cerillas; diecinueve y el de la cubierta que servía de envoltorio.
     Tener cincuenta atados en casa se consideraba ya una fortuna. Y muchas cerillas se debían gastar, porque había quien tenía más de cien. Un atado era, al cambio, una perra gorda, diez céntimos, ahora que volvemos a ellos.
     Para jugar, se trazaba una línea raspada en un suelo de tierra. Uno tiraba la taba; era lo que podríamos llamar la banca. Se hacían las apuestas: El que tiraba la taba apostaba con los demás. Un santo, dos,... un atado, cuatro perras..., las apuestas quedaban en el suelo sobre la línea. De pie y desde una distancia convenida, dos pasos más o menos, tiraba la taba, que debía rebasar la línea de las apuestas. Otro de los jugadores, a veces incluso uno que no apostaba, "el patatero", la tenía que devolver con el pie. En la vuelta la taba también tenía que rebasar la línea. Si salían güitos o correas se volvía a repetir la jugada. Ganaba la banca cuando salía carne y los apostantes cuando salía culo. En el caso de que saliera dominé, todo era para el patatero.
     Había tabas carneras y tabas culeras. Para que asentasen bien, se las limaba contra una piedra arenisca. Normalmente, el que tiraba la taba tiraba con la suya, y procuraba sacar el máximo de carnes. Así que "eres peor que una taba culera" era la frase para no querer a alguno en el equipo de otros juegos porque hacía perder. Si la taba, sin rodar por el suelo, es decir, cuando se tiraba, quedaba carne se decía que la había plantado.

LA TROMPA (peonza)

Había trompas y trompos. Las trompas eran -y son, porque aún se venden y los chiquillos las bailan,- más panzudas y de madera de haya o de roble, con un rabillo de madera en la parte superior y un clavillo, púa o rejón de acero en la inferior. El rabillo y la parte superior tintados de rojo. Se compraban. Los trompos eran mucho más largos, puntiagudos, sin rabillo, de madera de encina, y se heredaban; pasaban de los hermanos mayores a los pequeños. No estaban teñidos, y el clavillo solía ser un tirafondo al que se le limaba la cabeza y se afinaba posteriormente para que tuviera el menor roce posible.
     Para bailar la una o el otro se utilizaba un cordel trenzado que se enrollaba a partir del clavillo, se lanzaba y al desenrollarse el cordel se imprimía a la trompa un movimiento de rotación que continuaba en el suelo. Para que no se fuera de los dedos el cordel, se ponía de tope en el extremo una moneda de real, que tenía un agujero en medio como las actuales monedas de cinco duros, aunque más grande.
     Se tiraba la trompa de tres modos: a lo bajo o a lo chica, al poder y a clavillazo. Había algunos tan hábiles que la lanzaban al aire y la cogían en la mano bailando. Lo normal era que la trompa bailase en el suelo y que con la mano extendida y abriendo los dedos la hicieses pasar a la palma de la mano para después volverla a dejar bailando otra vez. Eso decíamos que era coger la trompa. Para ello se necesitaba, o era mucho mejor que la trompa girase tan rápidamente que apenas se moviera del sitio; se duerme, decíamos. Si recorría mucho trecho, escarabajeaba, y si saltaba, repicaba. El mero hecho de que bailara y durase más que las de los otros constituía una de los juegos que se hacían con ellas..Otro consistía en coger la trompa en la palma y volverla a dejar bailando. Un tercero le añadía la dificultad de mover perras gordas entre unas rayas que se pintaban en el frontón cuando devolvías la trompa al suelo después de haberla cogido, y que ganaba el que antes las atravesaba. El último juego- que no sé si lo era- lo llamábamos a abrir trompas. Los que jugaban lanzaban sus trompas y la primera que dejaba de bailar era la que había que abrir. La volvía a lanzar cuando los demás estaban ya con las suyas preparadas, y una vez que estaba bailando, los demás jugadores lanzaban las suyas a clavillazo intentando que diera a la otra con la idea de romperla. 
PREGUNTAS A DESARROLLAR:
Hola chicos y chicas, aquí os dejo las preguntas esta unidad. Esta tarea va a ser un poco diferente a otras ya que os voy a pedir que investiguéis un poco. Las investigaciones serán a través de preguntar a vuestros padres, madres, tíos, tías, abuelos… sobre distintas cuestiones.

Fecha de entrega: hasta el martes 24 Mayo (No se recogerá ningún trabajo más allá de la fecha

  1. ¿Qué juegos se practicaban antes en la calle o en la escuela? Expón al menos 3 juegos y explica las siguientes cuestiones de cada juego.
  2. ¿Qué material era necesario para su desarrollo?
  3. ¿Dónde se jugaba? Colegio, parque, plaza… ¿En qué pueblo?
  4. ¿Cómo se jugaba? ¿Cuál era el objetivo?
  5. ¿Qué capacidades físicas básicas se desarrollaban en esos juegos?
  6. ¿Se podían modificar sus reglas y materiales?
  7. ¿Por qué crees que ahora se juega menos a este tipo de juegos?